Lo que no se ve, no existe.
No hace muchos años las personas con discapacidad eran marginadas principalmente por sus familias. O bien se avergonzaban, o bien, no veían la necesidad de sacarlos a la calle. ¿Para qué? Si no aportaban nada a la sociedad y la vecina siempre repetía lo de pobrecito o ¡qué desgracia!
Los tiempos cambian y también las mentes. La mayoría de las personas hoy entiende la diversidad como algo positivo, como algo necesario para que una sociedad pueda avanzar y se vuelva más respetuosa y humana.

Durante este último mes hemos estado repasando algunas de las situaciones que vividas con Rafa y tengo que reconocer que no ha sido fácil.

Siempre he pensado que dar a conocer nuestra historia o mostrar imágenes de Rafa podría ser positivo para otras familias en situaciones similares, el resto de la sociedad, pero sobre todo a él. Que exponernos y perder parte de nuestra nuestra privacidad sería bueno y necesario.
No buscamos notoriedad, y muchísimo menos reconocimiento, es más, puede que esta forma de actuar sea un arma para defendernos.

No podemos ocultarnos cuando estamos en una sala de espera, ni siquiera disimular. Enseguida comienzan a interrogarnos con la mirada.
Si a Rafa le preguntas que por qué no tiene manos te dirá que porque ha nacido así, y si le dices que sonría pensará: ¡lo estoy haciendo!
Prefiero preguntas a susurros. Tenemos respuestas para todo. Y si alguien se acerca a nosotros verá que después de todo nos sentimos orgullosos y afortunados.

Perdonadme si os corrijo cuando decís que Rafa es un héroe o nosotros padres coraje. No. Solo somos supervivientes.

#novamosaregalartenada

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